Solaris I-La llegada

La magdalena

La magdalena de Proust
« […] En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té […]»
                                                   Marcel Proust, En busca del tiempo perdido: Por el camino de Swann

Del desdén a la dignidad

Frente al desdén de políticos y banqueros... el amanecer de la dignidad

En las ollas

Desperté dentro de una olla 
     llena de caldo verde.
Docenas de huevos flotaban 
     a mi alrededor.
La sal me escocía y la pimienta 
     me hacía estornudar.
Y sentí que algo se cocía 
     a mis espaldas...

Olas cerradas

Agujas en la piel

Gozosos escarceos nocturnos

Ululantes luciérnagas luminosas

Antes de volver la mirada

De olas de mar

Pato nació entre las olas. No conozco a nadie 

más enamorado del mar. Hoy festejo que pronto 

su hija estará en el puerto y, finalmente, como es su 
destino, realmente va a nacer. Claro, entre las olas.

En la fotografía: Mauricio "Pato" Godínez
La música: Mishka "One Tree" En directo desde The BackStage Pass, Calgary, 2008.

choche

Absorto

Absorto bajo el universo

Dibujo de Javier Herrero realizado en 1993

montado sobre una fotografía de la Vía Láctea

tomada por Steve Jurvetson

(fuente: Wikipèdia L'enciclopèdia liura)

¡Extraños y creativos!

Esta banda me tiene muy sorprendida...

www.amsterdamacoustics.com

Connan Mockasin- Megumi The Milkyway Above & It's choade My Dear
Made by Jeroen van der poel & Bram Loogman
Produced by Arttu Sesselaar and Mokummercials

Para los de abajo...

"La revolución beneficia al pobre, al ignorante, al que toda su vida ha sido esclavo, a los infelices que ni siquiera saben que si lo son es porque el rico convierte en oro las lágrimas, el sudor y la sangre de los pobres".

Mariano Azuela "Los de Abajo" (1915).
Fotografía anónima.

choche

Vaqueros doloridos

Vaqueros dolosos, dolientes, doloridos

Música: Cowboys, de Portishead
Con la New York Philharmonic Orchestra
Interpretado en directo en Roseland Ballroom (Nueva York)
Julio de 1997

Johnny Cash Hurt

¡Olé!

Si tú te vas

Si tú te vas viviré una mentira o tal vez un espejismo de vida

y rendiré esta tierra de nadie conmigo habitando su soledad.

Si tú te vas no sabré qué decirme ni tendré compasión de mi suerte.

caminaré con la culpa en mi velo mordiendo y arañando mi libertad.

Y abrazar y desnudar y no entender la amarga ausencia de tu piel, de tu voz,

y llorar y no gritar para seguir ocultando mis lágrimas.

Si tú te vas no sabré pronunciarte sin perder esa paz que no tengo

me quedaré con el tiempo perdido viviendo mi acotada felicidad.

Canta: Trinidad Montero

Letra y música: Antonio Pastora

www.reverbnation.com

30.000 puestas de sol

Fotografía: Javier Herrero

Realizada con cámara de 2 Mpx de teléfono móvil Nokia

 En una ocasión, conforme contemplaban la puesta de sol sobre el océano, Siete Lunas le dijo con el dulce hastío del asombro eterno: «¿Sabe? He contemplado treinta mil puestas de sol, y no hay dos que recuerde que hayan sido iguales. ¿Qué más se puede pedir?».

Jim Dodge
JOP (Capitán Swing Libros, 2011)

Troncos

Un simple tronco puede ayudar a salvar la vida

La novia feliz

La novia sonríe / La novia está feliz