lunes, 11 de abril de 2011

Crónicas tronquistas. El idioma de la lechuzas

Corría la mitad de la decada de los ochenta, días en que la gran entretención en nuestro pueblo era subir a las montañas con un grupo de amigos provistos de una buena dosis de maría y algunas cervezas o ron barato, a convesar, hacer música tribal improvisada o algún juego montañés que inventábamos gracias a la creatividad y el entusiasmo que nos producía la mezcla de porros y alcohol.
En la madrugada bajábamos con esa alegría juvenil de sentirnos libres y rebeldes, dueños nocturnos del mundo. Cierta noche, al pasar por el puente de Progreso, sentí el canto bello y siniestro de las lechuzas. Aguzando la mirada descubrí aquellas pálidas figuras en la oscuridad de la noche. E iniciamos una conversación en pajarístico lechuzístico, les cantaba y me respondían. Así nos pasamos largos momentos de conversaciones con palabras sin significado, pero llenas de intención y sentimiento
Con el tiempo se transformó una costumbre, cada noche al volver de las montañas, mantener una plática en lechuzístico.
Por estos días he estado recordando mucho a esas lechuzas y aquellas conversaciones, y me preguntó que será de sus vidas, con quién conversarán en las frías noches de V.A....

                                                                                                                        Wi-la

2 comentarios:

  1. Jajaja...qué bonito tronco, no sabía de tu lenguaje pajarístico lechucístico, jajaja.

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